Aunque tuvieras que irte pronto. Pese a ser conscientes de ello y de que no debía enamorarme de ti, lo hice. Aunque no pudiéramos estar juntos, siempre habia algo que lo impedía; y aún así, seguíamos necesitando el uno del otro un poquito más cada día. Hubo un tiempo en que el que solíamos reír por nada más que entristecernos por todo. ¿Lo recuerdas? Hoy no quiero escuchar que se acabó, que una vez lo hizo. Ese tiempo es ahora, eres todo lo que me importa.
Porque, quizás, ese no fuera el fin para ti y para mi. Siempre mantuve la esperanza de que cuando volviéramos a encontrarnos, retomaríamos lo que dejamos a medias, aunque apenas empezara. Y es que nunca dijimos adiós. Por eso esto no ha acabado del todo; nunca lo hizo.
¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?